Ver Beauteachful nº7. Junio 2018
Editorial
E-learning, aulas virtuales, inteligencia artificial…
Estos conceptos poco a poco han invadido nuestro espacio de trabajo. Tienen impacto en los métodos de aprendizaje y desarrollo, pese a que aún existen pocos resultados de investigación sobre su aprovechamiento, evaluación y eficacia en la formación.
En nuestras próximas ediciones, iremos profundizando en estos temas.
Hoy, las empresas deben responder a requerimientos muy puntuales vinculados a la distribución y el acceso al conocimiento, siguiendo a la persona, en el lugar donde se encuentre y a través de múltiples dispositivos.
A medio camino entre la formación presencial y la formación virtual, os proponemos descubrir las clases por Skype y teléfono y la integración del móvil en el aula.
¡Feliz lectura!
MOBILE LEARNING ¿CÓMO USAR EL MÓVIL EN EL AULA?
De la complejidad de la evaluación de la formación de idiomas
Después de participar en una formación organizada por la editorial Oxford Press, nos reunimos con expertos y profesores del sector para analizar cómo podríamos usar el móvil en el aula, convirtiendo al supuesto enemigo en un amigo que engancha y divierte.
Cualquier profesor de idioma a adultos seguramente haya sufrido el uso intempestivo del móvil durante la clase. Por eso nos gustaría compartir con vosotros algunos consejos para darle un uso inteligente al móvil en el aula.
Para calentar los motores se pide a los alumnos que tomen una foto de un objeto con ciertas características (color, tamaño, forma), luego cada alumno tendrá que enseñar la foto que haya hecho y explicar la elección del objeto. Esta actividad les permitirá repasar el vocabulario básico y las frases para expresar su opinión. Otro ejemplo es preguntar a los alumnos para qué utilizan sus móviles (llamadas, mensajes, fotos, juegos, etc.). El profesor solo tendrá que abrir el debate seleccionando las respuestas más originales o frecuentes, ¡y animar al grupo a que formule preguntas! Este ejercicio les permite hablar en el idioma que están aprendiendo sobre actividades habituales y cotidianas.
Si se trata de un grupo nuevo, se ayudará a los participantes a que se conozcan: el formador les pide hacer un collage de 3-6 fotos que ilustren su personalidad. Luego cada alumno tendrá que mostrar el collage a sus compañeros y ellos adivinarán qué esconden las fotos.
El móvil también puede servir para cosas más complejas. Por ejemplo: ¿Cómo hacer que un alumno aprenda modismos? Se enseña varios modismos al grupo, luego cada alumno elige el que más le gusta, busca en la web una foto que lo represente y la enseña al grupo que tendrá que adivinar la respuesta correcta. Otro ejercicio más para favorecer la memoria y repasar el vocabulario es sustituir algunas palabras o frases en un texto por los emojis. Los alumnos tendrán que volver a encontrar las palabras o frases originales que fueron “cifradas” con estos emojis. ¡Con estas actividades, aprendizaje, diversión y memorización garantizados!
Para concienciar a los alumnos sobre su capacidad idiomática, podemos organizar una actividad de auto-evaluación y observación. Para realizarla, se prepara los formularios de evaluación, indicando los criterios a evaluar (pronunciación, uso de la gramática, vocabulario, etc). Se elige una actividad que permita a cada alumno hablar durante unos 30-60 segundos. Se graba el audio y luego se deja que los alumnos escuchen su audio, completando el formulario de evaluación. Después comparten sus observaciones.
El móvil finalmente nos puede ayudar con el tema de los deberes. A parte de muchísimas lecturas, audios y vídeos disponibles online o a través de aplicaciones, originales o adaptadas para diferentes niveles, contamos con la ayuda de los asistentes de voz de Android (Google Now), iOS (Siri) y el de Microsoft (Cortana). Para mejorar su pronunciación, una idea simple y eficaz: decir algo al asistente de voz de su móvil en el idioma que está aprendiendo y luego ver qué es lo que ha captado el asistente. Es gracioso y demuestra la importancia del aprendizaje fonético.
Una vez habrán descubierto el mundo del “móviliado” (móvil-aliado), sin duda se les ocurrirán muchísimas más actividades a practicar en clases. Eso es lo que hoy en día llamamos entrar en el siglo XXI con el mobile learning.
Detrás de las palabras, gente con energía
Entrevista con Sébastien Gavet, profesor de FLE (*)
Sébastien lleva 18 años como profesor, 15 con Hexagone, y los tres últimos como profesor especializado en las clases a distancia (Skype y teléfono). Comparte con nosotros su experiencia.
¿Te has especializado en clases por teléfono y por Skype, cuáles son las principales diferencias de estos formatos respecto a una formación “tradicional”, es decir presencial?
Primero, hay un aspecto práctico fundamental, la flexibilidad, el alumno puede conectarse desde cualquier sitio: trabajo con muchos alumnos que tienen que viajar, no importa que estén en Madrid una semana, en París otra o en Casablanca. Este factor es aún más importante con varios alumnos en la clase.
Las clases por Skype son cómodas también para el material, permiten enviar cualquier tipo de documentos (audios, vídeos, etc.) y así no desperdiciar papel.
Además, aunque pueda parecer anecdótico, el hecho de que el alumno esté en un entorno conocido le da cierta comodidad y esto mejora su confianza.
La singularidad de las clases por teléfono es no disponer de la comodidad de la comunicación no verbal, preparan muy bien a los alumnos que necesitan comunicar con regularidad con esta herramienta o por conference call.
¿Qué tipo de clase te gusta más? ¿por qué?
Por los aspectos prácticos que acabo de citar, las clases por Skype me son más cómodas. Ya no pierdo tiempo en transporte, y lo dedico a mejorar mis clases: por ejemplo, el resumen del contenido que envío a los alumnos después de la clase es mucho más preciso y completo.
Aunque los alumnos sean reacios a veces con las clases por teléfono, me gusta ver cómo cambia su percepción cuando se dan cuenta de que les ayuda a estar más cómodos en su trabajo. La tendencia en las empresas es ir cada vez más a reuniones y encuentros virtuales.
¿Para qué tipo de alumno resulta más provechosa la formación a distancia?
Cuando empecé con las clases a distancia, hubiera dicho para los alumnos que ya tienen conocimientos del idioma y desean trabajar la conversación, pero ahora que trabajo también con principiantes, puedo asegurar que sea cual sea el nivel de partida, no hay diferencia. Obviamente, para las clases por teléfono, matizo que los alumnos no pueden ser principiantes, pero a partir de un nivel medio bajo ya les permite adquirir automatismos.
¿Cómo dinamizas las clases?
Vario los soportes, los temas y aporto ejercicios prácticos de comunicación: hay que poner los alumnos en situaciones reales para que puedan explotar sus conocimientos teóricos. Me adapto a las necesidades específicas de los alumnos según el puesto ocupado, el sector de actividad o las tareas más habituales del alumno (animar reunión, hacer una presentación oral, comunicarse por teléfono, etc.)
Al final de cada clase, envío un resumen de los contenidos, de los errores más habituales y, si es necesario unos enlaces con lecciones gramaticales y ejercicios con auto corrección. Adjunto también material para la siguiente clase.
Al principio de la clase, averiguo que los contenidos estén asimilados antes de seguir.
¿Cómo los alumnos perciben este tipo de clases “online” frente al formato presencial más tradicional?
Les resulta más práctico para organizarse la agenda, aparte de esto, nos vemos y nos oímos como lo haríamos en una clase presencial. Es verdad que a los alumnos que no están familiarizados, les resulta a priori un poco extraño, pero se dan cuenta de que pueden comunicarse de manera verbal o no verbal de la misma manera que lo harían en una clase más tradicional. Respecto a las clases por teléfono, rápidamente ven que es mejor tener dificultades para comunicarse con un profesor que con un cliente.
¿La elección de estos formatos de clases tienen una incidencia en la motivación?
No: se nota de hecho en las estadísticas de asistencia, que igualan las de las clases presenciales. La mayoría de los alumnos en empresa están motivados porque en su trabajo necesitan hablar en otro idioma. Y para los que no lo estén, puedo motivarles igualmente estando en la misma habitación que del otro lado de la pantalla.
¿y en la progresión?
Tampoco, cualquier alumno que estudia y asiste a las clases con regularidad progresa, en clases presenciales u online. Incluso el online a veces presenta mayor desafío y requiere mayor concentración.
¿Influye en la relación profesor/alumno?
La única diferencia es que ya no me encuentro con alumnos en los pasillos de las empresas, es verdad que estos encuentros favorecen un trato personal un poco más cercano, pero no influye en absoluto en la transmisión de conocimientos.
¿Cómo profesor, cuál es tu mayor satisfacción?
Constatar que los alumnos han adquirido herramientas nuevas de comunicación que les permiten ser más precisos y sobre todo ver que estos conocimientos se han convertido en automatismos. Y cuando un alumno empieza la clase con una gran sonrisa diciéndome que le han felicitado por ejemplo por la presentación que tenía que hacer en francés.
¿Qué consejos darías a los alumnos que nos leen para mejorar en su aprendizaje de idiomas?
Una palabra: inmersión. Si no hay oportunidad de viajar, las nuevas tecnologías nos ofrecen un acceso a una infinidad de recursos en cualquier idioma. Un idioma se aprende, pero, sobre todo, se vive. ¿Os interesa la moda? Consultad las páginas Internet de las revistas de moda, ved reportajes, escuchad programas de radio, igual con la cocina, el deporte, el cine, etc. La idea es “joindre l’utile à l’agréable” (combinar lo útil con lo agradable) y me parece la clave para mejorar su nivel de idioma.
Last but not least:
Os recordamos que no cerramos en verano, y que reanudaremos nuestra comunicación con Beauteachful a partir de septiembre.
¡Feliz verano a todos!