Ver Beauteachful nº24. Marzo 2020
Editorial
COVID-19: ¿Qué lección?
El miedo también es una palanca para ponernos en movimiento
Vivimos tiempos extraños, inesperados, fluctuantes. A veces incluso nos parecen algo caóticos.
En estos días es natural que compartamos miedo, incomprensión o incluso desesperación. Sin embargo, no nos dejemos llevar por la alarma social. Es importante ser prudentes y a la vez no dejar la oportunidad para aprender algo de estos últimos acontecimientos.
En Hexagone creemos profundamente que los altibajos forman parte de la vida y que, en su esencia, no son ni buenos ni malos, sencillamente “son”.
Lo que marca la diferencia es nuestra interpretación.
En tiempos de crisis, es importante centrarnos en nuestros valores y ser capaces de adaptarnos a las nuevas circunstancias que se nos presentan.
El mundo es cambio y movimiento, tenemos que avanzar con él. Por eso el Beauteachful que os proponemos ahora aporta consejos para mejorar nuestra postura de profesor y/o de alumno.
Un pensamiento especial para los que sufren los efectos deletéreos de esta crisis.
Y como siempre ¡Feliz lectura!
El valor añadido del profesor
¿Qué esperan los alumnos de sus profesores en la clase presencial?
La formación continua mejora la productividad proporcionando los conocimientos más avanzados a cada empleado, preparándolos para enfrentar los nuevos retos con garantías de éxito.
En su día a día, los alumnos tienen que hablar con clientes, proveedores, colaboradores en otros idiomas. Eso explica que de forma general reclamen clases presenciales para su formación de idiomas.
¿Pero por qué este modelo sigue teniendo tan buena acogida, antes que otras modalidades de formación?
Hemos hablado con varios alumnos y profesores y os proponemos aquí un resumen de lo que nos transmitieron.
El rigor: “mi profesor me exige mucho, me reta constantemente”
Una de las expectativas de los alumnos que reciben clase presencial es que los profesores les sepan corregir en tiempo real pero también explicar el porqué de sus errores. Nos lo confirma la profesora de francés Marie que comenta que “la corrección inmediata está muy bien valorada, tanto a nivel gramatical, como de la elección del vocabulario utilizado y por supuesto la fonética.”
Para Sharon, profesora de inglés, el aula permite la “resolución de dudas a la vez que se le invita al alumno a salir de su zona de confort”.
La idea, nos confirma Céline Nguyen, directora de calidad y proyectos, es que “el alumno salga de clase como otro del gimnasio: ¡cansado y con agujetas!”
La creatividad: el alumno requiere clases animadas con diversidad de ejercicios y actividades
Otra de las cualidades muy apreciadas del profesor es su creatividad o, dicho de otro modo: su capacidad en sorprender a sus alumnos con soportes innovadores que rompan la rutina y tengan una orientación resolutiva respecto a las necesidades de los alumnos.
En este sentido nos comenta Oswaldo, profesor de inglés que “la clase presencial permite cercanía y espontaneidad con los alumnos”. Eso permite desarrollar la creatividad de todos, y a veces genera resultados realmente sorprendentes.
“Mi profesor prepara clases dinámicas y motivadoras además es capaz de adaptar las clases a las situaciones o necesidades que van surgiendo sobre la marcha”. Como lo recalca este alumno, también es importante que el profesor sea capaz de adaptarse en tiempo real. “La improvisación en clase es todo un arte, pero es indispensable cuando vemos que los alumnos están cansadas, preocupados o un poco distraídos” añade Céline. El profesor debe de ser capaz de “coger el puso de una clase y actuar en base a ello”.
La motivación: de forma general los alumnos se motivan más con un “profesor de carne y huesos”
Carole, que enseña francés a distintos tipos de público tanto niños como adultos, comenta que el tema de la motivación es fundamental. “El alumno valora mucho tener a un profesor que se desplace para él, venga con una clase preparada a medida y sea capaz de proporcionar información interesante y explicaciones válidas”.
Desde nuestra experiencia, el dinamismo y la interacción propia a la formación presencial son aspectos claves a la hora de elaborar un plan formativo.
Al fin y al cabo, la implicación del profesor determina la del alumno que se motivará para dar lo mejor de sí mismo.
También añade Carole, “tener en su agenda una o dos clases por semana representa una sana disciplina”.
Clima de confianza
Sharon insiste en que “la empatía, la suavidad, y saber dar ánimos y reconocimiento” marca mucha diferencia con otro tipo de modalidad formativa.
“El elearning es muy frío, y los profesores online cambian constantemente, no es personalizado porque no se construye una relación con una persona determinada, por eso a veces es repetitivo”.
Cierto es que el clima de confianza favorece los intercambios al crear vínculos entre los participantes. Hay cada vez menos espacio para la vergüenza.
La conversación
La práctica oral es lo que buscan principalmente los alumnos como podemos leer de forma reiterada en distintas encuestas: “Me encanta el profesor, hablamos mucho y hacemos muchas cosas para mejorar”.
Para los alumnos de nivel principiante o bajo es aún más importante trabajar la conversación en el aula, porque se les evita así coger malas costumbres desde el inicio. Se explica bien el uso del vocabulario en contexto con ejemplos claros y elocuentes.
Carole comenta de hecho: «el elearning es un buen complemento pero no debería de ser nunca una sustituto de las clases presenciales, salvo para los alumnos de nivel alto que sean completamente autónomos”.
Y es cierto que la clase presencial permite movilizar competencias muy distintas.
Por cierto, el mero hecho de hablar de lenguas “vivas” pone de manifiesto la importancia del intercambio con un profesor nativo y cualificado.
Feedback
Los estudios demuestran que la escasez de feedback es uno de los motivos por los que los alumnos prefieren las clases presenciales.
Se espera mucho del profesor en este sentido, como hemos podido analizar: “me gusta que los contenidos de las clases son útiles, el profesor repite partes que nos cuesta más trabajo, y nos explica las diferencias que existen con nuestro idioma, cosa que veo muy útil e importante. Y sobre todo se esfuerza en darnos una valoración de nuestros progresos”.
Consideramos que todos los profesores tienen que integrar a sus clases un espacio de evaluación y de retroalimentación. El alumno tiene que tener claro hacia dónde va, así como sus zonas de inseguridad. Le ayuda mucho que el profesor – experto en su materia, que está en contacto con muchos alumnos y otros docentes, conoce los desafíos del alumno, etc – le oriente en su proceso de evolución y valoración.
¿Cómo dar un salto cualitativo en tu nivel oral?
Vencer los 4 principales obstáculos en la conversación
Desde Hexagone hemos elaborado este pequeño ranking de los 4 problemas habituales que generan conflicto entre nuestros estudiantes a la hora de comunicarse en un idioma extranjero y principalmente en inglés:
Vergüenza: sin duda uno de los principales obstáculos a la hora de practicar el idioma es la vergüenza que se siente por hablar (el acento, la pronunciación etc) y hacerlo “bien” o “mal”. Para resolver este problema lo mejor es practicar más habitualmente en un ambiente benevolente (típicamente el aula, o bien con amigos) y así coger confianza en uno mismo. Cuanto más familiarizado se esté con el idioma menos vergüenza se sentirá al hablarlo. Y si tropiezas, ¡ríete con ganas, porque seguro que habrás aprendido algo de forma definitiva!
Miedo a la velocidad: otro de los motivos que hacen dudar a la hora de practicar el inglés hablado es la velocidad de habla de nuestro interlocutor No hay que tener miedo a la hora de pedir que se hable más despacio o que se repita un determinado concepto. Sólo con la tenacidad y la repetición se acabará comprendiendo y mejorando el listening. Conforme ampliemos nuestra práctica y nuestro vocabulario, el idioma nos parecerá más llevadero y hasta lo escucharemos más pausado y “lento”.
Volumen bajo: se trata de otro de los problemas habituales que argumentan los trabajadores que no acaban de comunicarse bien en inglés. Es una realidad comprobada que cuando se pierde seguridad y confianza en la forma de hablar se tiende a bajar el volumen. El principal miedo que lo provoca es la pronunciación. Este obstáculo se resuelve con más listening, por ejemplo viendo películas en versión original, escuchando música y acudiendo a intercambios lingüísticos. Luego cuando puedas, lee en voz alta, grábate incluso, es importante acostumbrarse a su propia voz en un idioma extranjero. Hay que acabar con el circulo vicioso de “no hablo bien, no me siento seguro, hablo bajo, creo confusión etc”.
Falta de práctica: la falta de práctica destaca finalmente como el principal obstáculo a la hora de conseguir un nivel alto de inglés hablado. Hoy en día todas las personas disponen de numerosos recursos para recrear una inmersión en inglés. Aquellos que tienen en el día a día el inglés dentro de sus vidas tienen una mayor práctica y por lo tanto un mejor nivel. Es decir, no dudes en provocar estas situaciones de contacto con el idioma todas las veces que puedas. Rétate: la primera vez será la más difícil, pero te aportará mucha satisfacción. Recuerda que puedes preparar una presentación, una negociación, una reunión con tu profesor en clase.
Superando estos 4 obstáculos los trabajadores con un nivel medio de inglés mejorarían hasta un 120% su nivel oral para comunicarse con otros trabajadores, clientes o proveedores.
Last but not least:
20/03: celebramos el día de la francofonía. ¡Un día especial para realizar actividades distintas en el aula!
Gracias a todos por vuestra implicación que se traduce en un índice de satisfacción del 9,10 con 292 encuestas recibidas por parte de nuestros alumnos.